Ejercicio físico y salud cerebral: una conexión poderosa y necesaria para tu bienestar

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La actividad física no solo fortalece el cuerpo, sino que también tiene un
profundo impacto en el funcionamiento del cerebro. Moverte con regularidad es
una forma efectiva y fundamental de cuidar tu salud mental y emocional.
Cada vez hay más evidencia científica que respalda el vínculo entre la actividad física y el
bienestar mental. El ejercicio no solo mejora la condición cardiovascular o muscular,
también activa procesos neurobiológicos que impactan positivamente a nivel neuronal,
cognitivo y emocional.


No es necesario realizar entrenamientos extremos para notar sus beneficios. Prácticas
como caminar, hacer yoga, ejercicio aeróbico o de fuerza pueden mejorar la salud del
cerebro, potenciar el estado de ánimo y aumentar la capacidad para enfrentar el estrés
diario.


En este Día Mundial del Cerebro, te contamos los efectos más destacados del ejercicio
físico en la salud cerebral.
Uno de ellos es la estimulación de la proteína BDNF (Factor Neurotrófico Derivado del
Cerebro), que promueve la creación de nuevas neuronas y fortalece las conexiones
existentes, especialmente en el hipocampo, zona clave para la memoria y el aprendizaje.
El ejercicio también favorece la liberación de neurotransmisores como la dopamina,
serotonina y endorfinas, que son esenciales para regular el estado de ánimo. Esta
combinación química natural ayuda a reducir los niveles de estrés, ansiedad y síntomas
depresivos, contribuyendo a una mejor salud emocional.


Otra consecuencia positiva es el aumento del flujo sanguíneo al cerebro, lo que se
traduce en mayor oxigenación y nutrición de las células cerebrales. Como resultado,
mejora la concentración, la agilidad mental y la capacidad para tomar decisiones.
Desde una perspectiva psicológica, alcanzar objetivos de entrenamiento, por simples
que sean, refuerza la autoestima y la sensación de logro personal. Esto incrementa la
motivación y fortalece la relación con uno mismo.


Además, la actividad física regular cumple un rol preventivo frente al deterioro
cognitivo. Está asociada a una menor incidencia de enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer y el Parkinson, gracias a su efecto protector sobre las funciones
ejecutivas.


Pero, ¿qué tan seguido se debe realizar ejercicios físicos?
Para Cristóbal Toledo, psicólogo Deportivo de Sportlife “Lo ideal es realizar actividad
física al menos tres a cinco veces por semana, entre 30 y 60 minutos por sesión. No
necesitas entrenamientos extremos: basta con moverte de forma constante. Ese hábito
regular es clave para potenciar la salud cerebral y emocional”.
En definitiva, hacer ejercicio es una inversión integral en salud. No se trata solo de verse
bien, sino de sentirse mejor por dentro: una mente clara, resiliente y activa es parte
esencial de un cuerpo saludable.